Consiguieron forzar el sexto partido dos años consecutivos en las finales de 1997 y 1998 ante los Chicago Bulls, llegando en ocasiones a poner en verdaderas dificultades al mejor equipo de la liga. Esto es, su propio balance por decirlo así, contemplando su propia deuda y tesorería, que será ajustada con los ingresos una vez inaugurado el estadio, sin tener repercusión en las cuentas anuales.